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Breve: Sam Cooke y la liberación negra

Convertirse en un mito de la música no es fácil: marcar tendencias, crear tu propia marca, ser el pionero de un nuevo estilo y mover grandes masas. Consagrarse como leyenda es aún más complicado.


Sam Cooke murió a sus 33 años, como Jesucristo, asesinado a balazos en un hotel después de uno de sus conciertos. La resolución del homicidio todavía se desconoce…pero no quiero enrollarme entre juicios y sentencias. El legado que dejó en vida ha ido fortaleciéndose a lo largo de los años.


Fue uno de los principales impulsores de la música soul, a pesar de haber vivido en una época donde la discriminación a las personas de raza negra era una costumbre. En sus inicios sus canciones se centraron en simpatizar a los blancos hasta que se dio cuenta de que la música podría ser un medio para cambiar a la sociedad. Fue entonces cuando publicó el tema más importante de su carrera (1964): “A change is gonna come” (escucharla aquí). “Ha sido una larga espera, pero sé que el cambio llegará”, así cantaba Sam Cooke entre versos en una canción de apoyo encubierto hacia los negros.


En ese mismo año “El Rey del Soul” –apodo por el cual es conocido- fue asesinado. El mismo en el que se aprueba la igualdad de los derechos entre blancos y negros gracias a Martin Luther King.


Su música se conserva en la historia como liberadora junto con su actuación en vida. En la actualidad muchos artistas han rendido homenaje a su figura y han versionado el tema que contribuyó a la liberación negra (A Change is Gonna Come): Aretha Franklin, Bob Dylan, Lil Wayne, Otis Redding o Arcade Fire entre otros.

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